LOS TEOSOFOS Y EL TRABAJO—C. Jinarajadasa— —Mensaje inaugural en la conferencia Teosófica de India del Sur efectuada en Adyar, durante la pascua florida—
ermanos míos: Tengo una completa seguridad que abrigamos un sentimiento de satisfacción, por haberse producido tanto trabajo en el pasado año, y particularmente por que hay un definido renacimiento de las actividades Teosóficas una vez más todavía en la India del Sur. Pienso, que debemos mucho en realidad, a los dos trabajadores mencionados en la memoria, nuestros Hermanos A, Ranganathan y Dr. C. R. Kamath. A pesar del hecho que ambos pertenecen a la brigada de los cabellos blancos, son todavía muy activos y tal vez justamente por cabellos blancos pueden darnos tanta inspiración. Todos los que nos hemos hecho maduros, tenemos un gran stock de experiencia para reflexionar acerca de ella; hemos vivido más, con la luz de la Teosofía, quizás en el conjunto hayamos indagado más profundamente en los problemas de la humanidad. Sea como fuera, es digno de saberse como está tan activa nuestra valiente banda de Teósofos veteranos. Nos hemos juntado en esta conferencia Teosófica de la India del Sur y, ¿por qué? Recuerdo ahora una muy hermosa frase en uno de los Salmos de las Escrituras Hebreas, bien conocida porque ella expresa un pensamiento que debería realzarse en unión de los que profesan ciertos ideales comunes. He aquí el versículo: “Contempla cuán bueno y cuán agradable es para los hermanos habitar juntos en unión”. Habitar juntos en unión —estoy seguro que lo admitiréis, cuando dejéis la conferencia, que ha sido esa cualidad de agrado, la que ha descubierto algo más de lo que es la base de la verdadera Sabiduría— Individual o colectivamente, ¿Cuáles vuestra finalidad como Teósofos? Aquí tenemos ese versículo famoso de los Upanishads: “Levántate, despierta, acepta las mercedes, que se te brindan y comprende”. Lego hay ciertas “mercedes”, sean ellas el instructor o la enseñanza. Todos nosotros hemos recibido una gran dádiva con la Teosofía, y piensa que podemos decir casi todos estamos en pie y, en cierto modo, despiertos. Ahora dos problemas hay con esto; uno el problema del trabajo, y otro el problema de la mutua comprensión. Primero, el problema del trabajo. El trabajo que se nos da es para construir la fraternidad Universal. Desde el mismo comienzo del trabajo, una y otra vez, los Instructores Adeptos aclaran que el propósito de su centro de la Sociedad Teosófica, y a través de las enseñanzas dadas, no es revelar verdades concernientes a los misterios espirituales, sino definidamente formar un núcleo de la Fraternidad Universal. En algunas partes dice el Mahatma Koot Hoomi: “Los jefes desean una Fraternidad Universal”. Es a esto a lo que ellos apuntan ¿Por qué?. Del mismo Adepto tenemos el principio general que Ellos albergan en su mente respecto a la Fraternidad Universal “El término ‘Fraternidad Universal’ no es una frase inútil.” La humanidad en masa tiene una suprema reclamación sobre nosotros. Es ella el único fundamento seguro para la moralidad universal. Si ésta es un sueño es por lo menos uno muy noble para la humanidad: y ella es la aspiración del verdadero adepto. El verdadero Adepto, entonces, continuamente sueña con la unidad que debe realizar la humanidad. Ahora en cuanto a la ayuda en el trabajo, es necesario que las gentes se congreguen en un tiempo. Aquí tenemos otro principio delineado por el mismo Adepto: “...una Fraternidad Universal, es decir, una Asociación de ‘afinidades’ de fuerte magnetismo, aunque de distintas fuerzas y polaridades centradas alrededor de una idea dominante, se hace necesaria para obtener éxito en las ciencias ocultas. en lo que una persona puede fracasar, la unión combinada de muchos la llevarán a cabo”. Así entonces, para cualquier clase de trabajo por hacerse, que tenga una base ideal, es necesario reunir individuos magnéticos, aunque ellos sean fuerzas y polaridad distintas. El hecho que ellos sean diferentes en su comprensión de la Verdad y todavía en cierta extensión en su trabajo, es útil, mientras toda cosa se coloque en derredor de una idea dominante. Para producir los cambios que necesitamos en el mundo debe haber en todo trabajo Teosófico la reunión conjunta de los hermanos en la unidad, centrados alrededor de la gran idea que abrigamos de la Fraternidad Universal. Así, debe estar allí la unidad, el compañerismo la estrecha vinculación en el trabajo. Pero el Upanishad dice: “Comprensión”. La comprensión no puede ser nunca la materia de un esfuerzo colectivo. Es cierto en absoluto que el estudio colectivo la mente de cada uno despertará en la mente de otro. Pero el entendimiento no es sólo un asunto de la mente; e algo más profundo. Requiere el sutil Budhi, que es la intuición. Porque ese debe ser la comprensión individual. Es en el corazón, en los ocultos recesos del corazón donde esa real armonía será hallada. No podemos comprender en conjunto; el entendimiento es la materia de cada actuación individual, de cada meditación, de cada sipatización. Un principio que empieza nos a comprender cuando estudiamos Teosofía es que, las ideas son aptas para quedar puramente como ideas intelectuales, hasta que las ponemos “en trabajo” esto es la transformación a ellas mismas en alguna acción para el beneficio de los otros. La acción absolutamente esencial para el convencimiento de la Verdad. Pero igualmente, debe haber la meditación, la ponderación de todas estas cosas en soledad, por uno mismo en secreto, “en el aposento”, como decía Cristo. Es, en aquella soledad, como uno realmente llega a la verdadera comprensión. Pero lo que también es importante, es que allí radiaría de nosotros una profunda trabazón de simpatía es aquella cualidad de simpatía que era enseñada en los principios dados por el Señor Buda. Él da la idea general, aquella igual a cómo una madre ama a su hijo, su único hijo, así un hombre radiaría semejante amor en todas partes. Hay otro lugar donde El describe el ideal del perfecto santo, cómo él irradia compasión, piedad, valor desinteresado, ecuanimidad para todos en las cuatro direcciones cardinales, encima y debajo, ya levantados o acostados, de día y de noche. Ella es esa cualidad de simpatía la que es esencial y realmente, aunque tengamos muchos conocimientos espirituales en esta tierra, es por causa de la desaparición de esta cualidad de simpatía que hay muchas tragedias en las vidas del pueblo, que tiene mucha tradición del conocimiento espiritual, pero poco de real compañerismo y unidad en la comarca. Respeto a la simpatía, quiero mencionar otra vez lo que se necesita, según el Mahatma Koot Hoomi, cuando el individuo más y más se acerca hacia la presa del Adeptado: “...los sentimientos personales humanos y puramente individuales —vínculos de sangre y amistad patriotismo y predilecciones racial— todos darán lugar, al convertirse en fusionados a un sentimiento universal, el sólo verdadero y santo, el solo inegoista y eterno único —amor, un Inmenso Amor por la humanidad— como un todo. Por que es la humanidad, la gran Huérfana, la sola desheredada en esta tierra, amigo mío. Y es el deber de todo hombre de todo hombre capaz de un impulso no egoísta, hacer algo, por poco que fuera, para su bienestar. Pobre, pobre humanidad me recuerda la vieja fábula de la guerra entre el Cuerpo y sus miembros: aquí también cada miembro de este enorme “huérfano” —sin padre y sin madre— atiende egoístamente sólo así mismo. El cuerpo descuidado porque soporta interiormente, ya estén los miembros en discordia o en descanso. Nunca cesan su sufrimiento ni su agonía... y quién puede censurado —como lo hacen los filósofos materialistas— si, en este sempiterno aislamiento y negligencia él ha producido dioses por evolución, a los cuales siempre clama por ayuda, pero no es oído. es por esa perdida del vehículo de la intensa simpatía, entre las masas y aquellos sus “lideres” supuestos, que éstas poco a poco van creando dioses por propia iniciativa para adorarlos e implorar su ayuda. Así, el Maestro señala, es como está la “gran Huérfana”, siempre gritando, y cualquiera que intente hacer algo debe sentir este lazo de simpatía con todo lo que vive. Pienso que estamos preparados para comprobar que en muchas Ramas Teosóficas, hay gran cantidad de trabajo intelectual, pero ella se mantiene al nivel de la mente; la Teosofía se ha quedado considerablemente intelectual. Aquí y allí, particularmente fuera de la India y puedo añadir particularmente fuera de Europa. la Teosofía ha sido creada en nuevas formas, en particular como poesía. En los Estados Unidos, hay un cierto número de los que están produciendo Teosofía en lo poético. Esta característica es prominente en los países de América Latina, países derivados de España y Portugal. Tenemos allí en las revistas Teosóficas una definida poesía que continúa apareciendo, pensamientos Teosóficos puestos en una nueva forma. Recuerdo un muy sorprendente poema, escrito por un poeta que fue miembro de la Sociedad en Costa Rica, que tenía una familia de seis hijos. El poema era exquisito, titulado Mis hijos no son mis hijos. El desarrollaba la idea que esos “mis hijos” son almas de sí propias, que ellas son las hijas de si mismas. Habla a su mujer, su camarada, diciendo: “Nosotros hemos hecho el nido, pero los pájaros están por sí mismos, no los hemos creado”, allí tenemos el pensamiento de la Reencarnación dada en una nueva forma. Cuando yo me enteré del poema, me procuré una fotografía de todos los hijos en línea inclinada y la describí con el poema. El mismo poeta escribió una magnífica poesía sobre el mensaje de la Teosofía, tan exquisita que la Sociedad de Costa Rica ofreció precio a cualquier músico que quisiera llevarla a la ejecución coral. Se enviaron tres composiciones y, a una de ellas, le fue adjudicado el premio. Canta el como una glorificación de la Teosofía —como el mundo se halla en la oscuridad, pero viene a la Luz que se aproxima más y más cerca— Luego hay una descripción del cambio que ocurre en el mundo causa del advenimiento de la Teosofía. Hace algunos años una señora del Brasil, compuso un Himno a Blavatsky. Ha sido difundido en toda Sud América que casi en todos los congresos Teosóficos se toca el himno, con el auditorio en pie. Entonces en estos países hay una definida transformación de nuestra Verdades en nuevas formas. Esto es el grado de la Teosofía en otras formas —en verso, drama, etc.— a lo largo de estas líneas de educación sobre lo qué la Teosofía podría llegar a ser, escribí hace ya unos años parábolas que pueden aplicarse a los miembros de los países Occidentales, particularmente en América: ¿Qué es Teosofía? Tres mujeres, que eran Teósofas, platicaban enérgicamente sobre temas Teosóficos, y ocurrió que estaba en el salón una jovencita. Tenía la suficiente edad para comprender algunas cosas. En una pausa de la conversación la niña preguntó: ¿Qué es la Teosofía? Por supuesto las tres mujeres replicaron; apenas pudieron decir: “Anda, pequeña, que no lo entenderás”. Así, la primera mujer le dijo gravemente a la niña. Por supuesto eso era embuste, pero entonces, cada una repitió el mismo embuste; “Bien, tú eres Dios. Esa es la Teosofía”. El rostro de la jovencita no se inmutó. Llegó su turno a la segunda mujer. Se acercó a una mesa donde había algunas flores, tomó una, se acerco a la niña e inclinándose y dándosela, le dijo: “Esto es la Teosofía. La cara de la niña se encendió con algún interés, pero quedó todavía grave. Después la tercera mujer se levantó; fue a la niña, se arrodillo y puso sus brazos en derredor y le dijo suavemente: “Querida la Teosofía es Esto” —y entonces la besó. Ésta ves la cara de la niña se alarmó por un instante y como ya la comprensión había venido, el alma se asomó por sus ojos. ¿Cuál de estas mujeres había entendido mejor lo que es la Teosofía? Confío en que algo vislumbráis del significado de la parábola. Somos aptos en descubrir lo que es, intelectualmente la Teosofía, pero no hay bastante cualidad del corazón realizada en nuestra obra Teosofía. Tenemos solamente setenta y cinco años de edad y ya una cierta cantidad de trabajo ha sido hecho, pero mucho más queda por hacerse. Los Maestros de la Sabiduría no se hallan en lontananza, aunque Ellos pueden estar físicamente apartados de nosotros. Ellos son como la Naturaleza de Dios “tanto más cercano está El que el aliento, tanto más próximo que manos y pies”. Ellos están escuchando, pero se ha dicho, que aunque muchos están buscando no encuentran, porque sólo buscan con la mente. La mente no penetra donde están los Dadores de la Verdad, Ocurre que, la cualidad de la simpatía, de la unidad con la Huérfana Humanidad, es necesaria. Cuando el buscador individual siente esa tragedia, y quiere ayudar, entonces aunque él pueda hacer muy poco efectivo servicio en gran forma, los Grandes Maestros saben y vienen a él y le dan Su inspiración. Este problema de la comprensión y desde luego el amaneramiento de la miseria humana es de tal importancia sobre el cual podemos meditar, siendo el objeto de la meditación los hombres y las mujeres que nos rodean, todos aquellos que están en pequeñas chozas, en las apiñadas ciudades, que difícilmente logran una suficiente alimentación, que están sufriendo y, se hallan en hacinados hospitales. Esas son manifestaciones de Aquel de quien cantamos en los himnos: Purusha tiene mil cabezas y mil manos”. Esas son las mil cabezas y manos del hombre Cósmico. Decimos que el Mahapurusha, el Gran hombre, es un grande y maravilloso Ser, pero aquí podemos recordar la enseñanza que viene del Cristianismo, donde dice el Gran Maestro. “Donde dos o tres se hallan reunidos en Mí nombre, allí estoy en medio de ellos”. Esto es verdad en tonto se reúnan no para sí mismos ni para su propia salvación, cuando ellos hacen Su trabajo. Él está con ellos. Similarmente, cuando nosotros los Teósofos, nos reunimos en el nombre de los Grandes seres que fundaron la Sociedad. Ellos están con nosotros. La forma en que Ellos lo están constituye un misterio, que no entendemos, pero tan vasta es Su conciencia que Ellos nos abrazan en sí mismos. No necesitan venir hacia nosotros, pero nos toman dentro de Su propia conciencia en la oportunidad, Ellos fortalecen nuestra mente, intensifican nuestras aspiraciones e iluminan nuestras intuiciones. Este es un problema que puede vitalizarse y animarse para nosotros, los Teósofos, y es nuestra tarea hacerlo. No se nos ha dado simples descripciones de los hechos ocultos, sino que se ha mostrado definidamente que debemos más y más aproxímanos a la humanidad, para traer aquellas miles de cabezas y miembros de Purusha, a ser unificados en ves más en el gran Mahâpurusha. El más grande sacrificio descripto en el antiguo Hinduismo es donde desmembradas partes de Purusha son traídas y juntadas una vez más todavía, requiriendo ceremonias que duran trescientos sesenta y cinco días. Después de este Mahâpurusha, el Señor, se ha convertido en el todo una vez más, como si hubiese resucitado de la muerte, después El voluntariamente se ofrece aún de nuevo a Sí mismo, y se coloca El mismo allí sobre el altar para ser desmembrado de nuevo, de modo que pueda El cumplir el voluntario sacrificio de Sí mismo. Se proclama que esto es solo porque Dios voluntariamente se sacrifica Él mismo todo el tiempo para que el Universo pueda persistir. En otros términos recurriendo, en alguna forma de sacrificio, todas las miradas de fragmentos de Mahâpuruha que representa a la humanidad, es como hacemos el trabajo de continuar su sacrificio para que así pueda continuar el universo. Todas estas verdades existen en la India pero corresponden re descubrirlas a los teósofos, y esto no lo harán por simple estudio intelectual, sino por simpatía, por ternura hacia la “gran Huérfana”, y por actuar en la empresa de aliviar las miserias de la Huérfana. Es por eso que nos hemos reunido juntos, para aprender cómo actuar, cómo meditar y, cómo simpatizar. —El Teósofo Vol.71 Nº7-8 Abril Mayo de 1950—
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